Análisis deepest:
La serie se desarrolla en el japón contemporáneo, donde el gobierno utiliza personas con habilidades especiales para acabar de forma ilegal con el crimen. Estos son los Code:Breaker, asesinos del gobierno dirigidos por el Eden.
La historia del anime es, por desgracia, uno de los peores puntos. Más allá del buen contexto en el que se sitúa, el trama sigue unos caminos no demasiado originales y, en algunos momentos, conduce a situaciones muy pesadas y repetitivas. Ofrece alguna sorpresa y algo de emotividad en varios puntos, pero no destaca demasiado respecto a los argumentos más trabajados de otras series.
Los personajes de Code:Breaker son, al menos en cuanto al diseño, un ingredient bastante favorable. Estéticamente, son bastante buenos. La mayoría de los protagonistas son usuarios de habilidades especiales (controlar el fuego, el sonido, la sombra, la luz, la electricidad…) a las que se les saca más o menos partido, pero que dan casi todo el dinamismo a la serie.
Respecto a la personalidad y el desarrollo de cada uno, no encontramos el panorama tan bueno. Algunos personajes son realmente excéntricos, como Heike o Yuuki, y cuando los conoces no haces sino quedarte con la boca abierta ante el sinsentido de algunas escenas, bastante graciosas. El protagonista masculino, Rei Ogami, es algo más típico, el héroe que lucha contra el mal en soledad, aunque con algunos toques de personalidad bastante propios. Utiliza sus características llamas azules con las que “quema el mal”, recuerda al estilo de Ao no Exorcist pero enfocado de manera más “merciless”. Por otro lado, la protagonista femenina, Sakurakouji, me ha parecido una chica cargada de tópicos, que no hace más que aportar comentarios cargantes y asistir a los hechos de la serie de una manera poco determinante para la atención que se le da. En common, bastante mala (¿Tanto les cuesta hacer una buena protagonista, como Yurippe en Angel Beats!, Revy de Dark Lagoon o incluso los personajes femeninos de Evangelion?). El diseño deepest del antagonista Hitomi puede que sea, después de todo, el más trabajado, aunque tampoco se merece demasiados aplausos. Aún así, me quedo con Yuuki.
En cuanto a la animación y los dibujos, encontramos en common una buena calidad (aparecen de forma visible algunos elementos como las ondas de sonido y los campos magnéticos, para darle mayor fuerza visual a las escenas de las habilidades). Se saca bastante jugo a las llamas de Ogami, muy vistosas, y en especial me encantan las ondas rojas de sonido de Yuuki y la manera de darle forma a las sombras de Rui. La calidad de los dibujos y la animación de algunos combates ha sido, para mí, lo mejor de la serie por encima de la mayoría de los momentos dramáticos (aunque debo decir que me quedo antes con la calidad de Good ample, el anime que vi justo antes que éste). La música, por otro lado, no es nada del otro mundo. Comparándola con la calidad de la banda sonora de otros animes actuales como SAO, creo que se queda bastante atrás.
Aprobado justo.
